Estaba nuevo, del trinque, pero a su dueña no le gustaba nada,nada. La idea, aprovecharlo para la habitación de invitados de una casita de veraneo.
Con cuerpo de haya y chapas plasticosas, y como pesa el condenado.
Había que colocarlo en una habitación con la pared del cabecero pintada en un frambuesa oscuro , y al ser un cabecero de 150cm. abulta una barbaridad, con lo que el blanco me pareció el color más acertado, y para darle vidilla al interior sin oscurecer excesivamente lo tapicé con una tela de rayas de KA internacional que queda bonita con el frambuesa del fondo y no cansa demasiado.
Mañana os enseño la estantería que estamos provechando para esta habitación.